Más de 190 mil niños y jóvenes en edades pediátricas recibieron en la provincia de Santiago de Cuba la primera dosis de una de las vacunas cubanas contra la Covid-19, proceso que comenzó a desarrollarse a principios del mes en curso en todo el país.

La importante actividad se dividió en tres grandes grupos. El primero involucró a estudiantes de 12mo grado de la enseñanza Preuniversitaria y los años terminales de la enseñanza técnico profesional y la formación pedagógica, quienes recibieron la primera dosis de la vacuna Abdala.

Según información ofrecida por autoridades del sector de Educación en la provincia santiaguera, a este universo se incorporaron estudiantes desvinculados y trabajadores del sector que por alguna causa no se habían vacunado en procesos anteriores, sumando más de 8 mil 657 vacunados.

El segundo y tercer grupo recibieron la Soberana 02 y estuvieron involucrados los estudiantes de 6 grado, los que cursan los tres grados de la Secundaria Básica, 10 y 11 grados de la enseñanza Preuniversitaria, primero y segundo años de la enseñanza técnica y profesional, de la enseñanza artística y de la formación pedagógica; y los educandos de 2 a 11 años, que incluye los de la primera infancia en sus tres componentes, de 1 a 5 grados de la Enseñanza Primaria y la Educación Especial, respectivamente.

Marizol Esteris Francis, subdirectora del sector en la provincia explicó al rotativo, que los estudiantes escolarizados que dejaron de vacunarse en este proceso por diferentes causas (convalecientes de COVID, alérgicos al tiomersal, fuera del área y del país, con enfermedades transitorias agudas, aislamiento COVID y negados) tendrán la posibilidad de hacerlo cuando las autoridades de salud lo orienten como parte del proceso de recuperación.

Destacó además, que a criterio de las autoridades sanitarias, directivos, docentes, estudiantes y familias, el proceso se ha desarrollado de manera favorable siendo un logro de la Revolución y la ciencia cubana, destacándose la unidad entre ambos sectores.

La directiva mencionó además, la labor de las familias, líderes de organizaciones estudiantiles y de masas en tan relevante actividad, quienes permitieron ir perfeccionando el proceso en cuanto a orden organizativo, de comunicación, informatización e innovación necesarias para lograr la calidad deseada.