El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se forma en los glóbulos blancos llamados células plasmáticas. Las células plasmáticas sanas ayudan a combatir las infecciones mediante la fabricación de proteínas que se conocen como anticuerpos. Los anticuerpos encuentran a los gérmenes y los atacan.
Cuando alguien tiene mieloma múltiple, las células plasmáticas cancerosas se acumulan en la médula ósea. La médula ósea es un tejido suave dentro de los huesos, donde se producen las células sanguíneas. En la médula ósea, las células cancerosas desplazan a las células sanguíneas sanas. En lugar de producir anticuerpos útiles, las células cancerosas producen proteínas que no sirven. Esto produce complicaciones del mieloma múltiple.
El tratamiento del mieloma múltiple no siempre es necesario de inmediato. Si el mieloma múltiple es de desarrollo lento y no causa síntomas, el primer paso podría ser vigilarlo de cerca. Para las personas con mieloma múltiple que necesitan tratamiento, hay varias maneras de controlar la enfermedad.
Síntomas
Al principio del mieloma múltiple, es posible que no presentes síntomas. Cuando aparecen los signos y síntomas, estos pueden comprender los siguientes:
- Dolor en los huesos, especialmente la columna vertebral, el pecho o las caderas.
- Náuseas.
- Estreñimiento.
- Pérdida del apetito.
- Obnubilación o confusión.
- Cansancio.
- Infecciones.
- Pérdida de peso.
- Debilidad.
- Sed.
- Necesidad de orinar con frecuencia.