Estudio en el que se describen elementos que integran la salud mental como constructo multidisciplinario y los principales efectos que sobre la misma producen las epidemias, se presentan estrategias para potenciar conductas que tributen a la salud mental en el contexto actual, concluyendo que en el enfrentamiento a la COVD-19, a la par del aislamiento social y otras medidas sanitarias, urge potenciar la resiliencia, el crecimiento personal, las relaciones intrafamiliares y la atención especial a los grupos vulnerables para así minimizar el impacto psicosocial de la epidemia en la población.