La conmoción cerebral se define como “el evento neurofisiológico agudo relacionado con un impacto contundente u otra energía mecánica aplicada a la cabeza, el cuello o el cuerpo que da como resultado una alteración transitoria de la función neurológica”. Este término a menudo se define indistintamente con lesión cerebral traumática leve (mTBI, por sus siglas en inglés) en la literatura médica.
Aunque las personas a menudo asocian las conmociones cerebrales con accidentes deportivos, esto solo representa 20 – 30% de los eventos en general. Las personas más jóvenes tienen el mayor riesgo.
Reconocer los síntomas y signos de una conmoción cerebral |
Las personas con sospecha de conmoción cerebral a menudo buscarán una revisión inmediata en un servicio de emergencias. Sin embargo, otros se presentarán inicialmente en la consulta general de su localidad, a veces varios días o semanas después de la lesión, particularmente si tienen síntomas leves o tardíos.
Las conmociones cerebrales pueden ser difíciles de reconocer, ya que los síntomas y signos suelen ser sutiles, inespecíficos y la combinación de los mismos puede variar sustancialmente. En general, los síntomas/signos de conmoción cerebral se pueden dividir en tres categorías principales: físicos, cognitivos y conductuales/emocionales (Tabla 1). Sin embargo, ninguna característica por sí sola o en combinación es específica y muchas se superponen con las observadas en otras condiciones o escenarios, por ejemplo, hipoglucemia, intoxicación por alcohol o drogas.
> Profundizando más para apoyar las sospechas
Si se sospecha una conmoción cerebral, es necesario establecer un mecanismo plausible de lesión.
Se debe pedir a los pacientes que describan cualquier accidente o lesión reciente con el mayor detalle posible, incluso cuándo/dónde ocurrió, y qué sucedió inmediatamente después hasta el momento de la consulta.
Dado que la confusión y el deterioro de la memoria a corto plazo son características comunes de la conmoción cerebral, esta información puede derivarse del relato de un testigo del evento, a través de un cuidador o de un video.
Ninguna prueba única está validada para evaluar a pacientes con sospecha de conmoción cerebral en ausencia de una puntuación inicial; en cambio, una variedad de pruebas generalmente forman parte de la evaluación de detección para identificar cualquier déficit clínico adicional. Ejemplos incluyen examen motor ocular vestibular (VOMS; incluye pruebas de equilibrio, visión y movimiento) y la evaluación estandarizada de conmoción cerebral (SACO; incluye preguntas relacionadas con la memoria y la función cognitiva).
> Banderas rojas para la evaluación de emergencia
Se debe realizar un examen clínico específico en todos los pacientes con sospecha de conmoción cerebral en atención primaria, incluida la evaluación de:
– Anomalías neurológicas: buscando principalmente déficits motores o sensoriales marcados asociados con los nervios craneales C1 – C8.
– Sensibilidad de la columna cervical a la palpación y evaluación del rango de movimiento.
– Fractura de cráneo: un paciente con una herida obvia en el cuero cabelludo generalmente ya habrá buscado atención médica, sin embargo, considere la palpación para detectar fracturas de cráneo, particularmente fracturas deprimidas.
> La presentación puede retrasarse en algunos pacientes
Un concepto erróneo común con respecto a la conmoción cerebral es que siempre tiene un inicio agudo o temprano, con síntomas que surgen de minutos a horas después del evento causal. Sin embargo, la conmoción cerebral a veces puede presentarse como una lesión en evolución con características clínicas que cambian con el tiempo, por ejemplo, los síntomas pueden ser más sutiles o estar ausentes al principio, pero se desarrollan o empeoran después de 48 – 72 horas.