Desafortunadamente, los microbios más fuertemente afectados por la lisozima eran aquellos que no infectan al ser humano. Aunque la lisozima no ha tenido una aparición destacada en la terapéutica práctica, me fue de gran utilidad, ya que la técnica que habÃa desarrollado para la lisozima resultó aplicable cuando apareció la penicilina en 1928″. En su discurso de aceptación del premio Nobel, en 1945, Fleming recordó: “La penicilina no fue el primer antibiótico que descubrÃ. En 1922 describà la lisozima, un fermento antibacteriano poderoso que tenÃa un efecto lÃtico extraordinario sobre algunas bacterias. Una suspensión espesa y lechosa de bacterias podÃa aclararse por completo con apenas una fracción de una gota de lágrimas humanas o clara de huevo.
El descubrimiento de la lisozima fue, al igual que la penicilina, un accidente de laboratorio. Fleming investigaba la acción de secreciones humanas en cultivos bacterianos y, en uno de sus experimentos, unas gotas de secreción nasal cayeron sobre una placa de Petri que contenÃa bacterias.
Allà observó que donde las gotas habÃan caÃdo, las bacterias se disolvÃan o detenÃan su crecimiento. Esto lo llevó a identificar y aislar una enzima que llamó lisozima, presente en secreciones nasales, lágrimas, saliva y otros fluidos corporales.
La lisozima es una enzima que actúa como un agente antimicrobiano al atacar las paredes celulares de ciertas bacterias, particularmente de las Gram positivas. Al debilitar la pared celular, las bacterias pierden su integridad estructural, lo que provoca su lisis. Además, se encuentra en altos niveles en la clara de huevo, donde desempeña un papel protector para el embrión en desarrollo, previniendo infecciones bacterianas.
Si bien el descubrimiento de la lisozima no tuvo aplicaciones clÃnicas, como la penicilina, marcó un hito en la historia de la microbiologÃa y la farmacologÃa. Fue una de las primeras evidencias de que el cuerpo humano posee mecanismos para combatir las infecciones. Hoy, se utiliza como conservante natural en alimentos, como quesos y vinos, gracias a su capacidad para inhibir el crecimiento bacteriano.
Sin dudas, el trabajo de Fleming con la lisozima, de escaso valor terapéutico in vivo, condicionó positivamente su trabajo posterior con la penicilina, que sà revoluciono la lucha contra las enfermedades infecciosas.
La mejor predicción de la resistencia antimicrobiana fue de Alexander Fleming en 1945 |
Reconocemos a Fleming como quien descubrió la penicilina, pero es muy llamativo lo adelantado que estaba su pensamiento sobre la aparición de la resistencia antimicrobiana. Algunos fragmentos de su discurso de aceptación del premio Nobel, el 11 de diciembre de 1945, son claros al respecto:
• Puede llegar el dÃa en que cualquiera pueda comprar penicilina en las tiendas.
• Entonces, existe el peligro de que el hombre ignorante pueda fácilmente tomar dosis insuficientes y, al exponer sus microbios a cantidades no letales del fármaco, los vuelva resistentes.
• He aquà una ilustración hipotética. El Sr. X. tiene dolor de garganta. Compra un poco de penicilina y se administra, no la suficiente para matar a los estreptococos, pero sà la suficiente para educarlos para que resistan a la penicilina. Luego infecta a su esposa. La Sra. X contrae neumonÃa y es tratada con penicilina. Como los estreptococos son ahora resistentes a la penicilina, el tratamiento falla. La Sra. X muere.
El primer paciente tratado con penicilina |
La historia de Albert Alexander, un oficial de policÃa de 43 años, es un recordatorio de una época oscura: la era preantibiotica. Herido por accidente en diciembre de 1940, Alexander sufrió una infección que rápidamente se extendió por su cuerpo.
En medio de una batalla perdida con la infección, el Dr. Charles Fletcher le ofreció a Alexander un tratamiento experimental: un medicamento llamado penicilina, que aún no se habÃa probado en humanos. El 12 de febrero de 1941, el paciente recibió su primera dosis y su respuesta fue positiva.
Sin embargo, la penicilina era escasa y se agotó rápidamente. Usaron en 3 dÃas la cantidad que podÃan obtener en todo un año. Lamentablemente, a pesar de sus esfuerzos desesperados, el equipo médico no pudo salvar a Alexander, quien falleció en marzo.
Florey y su equipo siguieron tratando a más enfermos. Los cinco siguientes infectados sà pudieron curarse. Como prueba de la evidencia, la reconocida revista The Lancet publicó los resultados de los experimentos ese mismo año.
Aunque la vida del primer paciente tratado con penicilina se perdió, su caso fue fundamental para demostrar la eficacia del antibiótico en humanos.
Anne Miller, la primera paciente salvada por la penicilina en EE. UU. |
Anne se graduó en la Escuela de EnfermerÃa de Columbia en 1931. Su esposo era miembro del cuerpo docente de la Universidad de Yale.
CorrÃa el año 1942 cuando Anne enfermó, después de sufrir un aborto espontáneo y padecer sepsis por estreptococo. Durante todo un mes tuvo fiebre constante.
Los médicos decidieron usar la penicilina, este nuevo medicamento experimental. Una pequeña cantidad del antibiótico fue transportada en avión desde otro Estado y escoltada por la policÃa hasta el hospital donde estaba Anne.
Los profesionales ni siquiera estaban seguros de la dosis necesaria para que sea efectiva. Se le administraron 5 gramos y medio. Luego de 48 horas ya se encontraba lúcida, afebril y con capacidad para alimentarse con normalidad.
Anne falleció en 1999, a la edad de 90 años. Su historia clÃnica se encuentra expuesta en el Instituto Smithsoniano. En el año 1942, luego de su recuperación, se encontró con el mismÃsimo Alexander Fleming.
ver detalles: https://www.intramed.net/content/historias-y-curiosidades-en-torno-a-la-penicilina