La retinopatÃa diabética (RD) es la principal causa de nuevos casos de ceguera en pacientes con diabetes mellitus. En comparación con todas las demás causas principales de ceguera, la RD es la única afección que no ha experimentado una disminución en la prevalencia por edad entre 1990 y 2020.
Sin una prevención y un tratamiento adecuados, la carga de la RD seguirá creciendo, poniendo a más pacientes en riesgo de complicaciones que pueden causar pérdida grave de la visión, como el edema macular diabético (EMD) y la retinopatÃa diabética proliferativa.
Aquà se analizan los principios de detección de la RD, las medidas para prevenir su desarrollo y progresión, y las opciones de tratamiento actuales.
Clasificaciones de la retinopatÃa diabética
La RD se clasifica en retinopatÃa diabética no proliferativa (RDNP) y proliferativa (RDP) según la ausencia o presencia de nuevos vasos sanguÃneos anormales que crecen en la retina. Las etapas no proliferativa y proliferativa son secuenciales. La RDNP se clasifica además por gravedad como leve, moderada o grave, y la RDP como temprana o de alto riesgo. El EMD, definido como el engrosamiento de la retina, puede ocurrir en cualquier etapa de la RD y es la complicación más común que causa pérdida de la visión. El EMD se puede dividir en EDM con afectación central, que es un engrosamiento en el centro de la mácula y tiene mayor riesgo de pérdida de visión, o EMD sin afectación central.
Los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2, incluidos los niños, tienen un mayor riesgo de RD. Estos pacientes deben ser examinados regularmente con un examen ocular completo porque los sÃntomas pueden no aparecer hasta que la enfermedad haya avanzado y la visión esté amenazada. Lamentablemente, las tasas de detección siguen siendo bajas, y menos del 50% de los pacientes con diabetes mellitus reciben atención oftálmica adecuada. A quién y con qué frecuencia. La Asociación Americana de Diabetes recomienda derivar a los pacientes con diabetes tipo 1 a un oftalmólogo u optometrista para un examen ocular inicial completo con dilatación de pupilas dentro de los 5 años posteriores a la aparición de la enfermedad; los pacientes con diabetes tipo 2 deben ser derivados al momento del diagnóstico. Si se detecta algún nivel de RD, el paciente debe recibir exámenes de retina con dilatación de pupilas al menos una vez al año. Si los sÃntomas progresan o la visión está amenazada, se requieren exámenes más frecuentes. Por el contrario, si 1 o más exámenes oculares anuales no muestran evidencia de RD y los indicadores glucémicos están dentro del rango objetivo, los exámenes oculares pueden realizarse cada 1 a 2 años. Los pacientes que han reducido su hemoglobina A1c (HbA1c) a menos del 6,5% por al menos 3 meses mientras no toman medicamentos para reducir la glucosa se considerarÃan en remisión. En ellos, es aceptable extender los intervalos de detección, pero se deben ajustar en función de la presencia de otros factores de riesgo como progresión de la RD, retinopatÃa basal avanzada, hiperglucemia no controlada o edema macular diabético. El embarazo aumenta el riesgo de desarrollo y progresión de la RD. Las pacientes con diabetes preexistente que estén planeando un embarazo deben someterse a un examen ocular antes del embarazo, a principios del primer trimestre y en los trimestres siguientes, y hasta 1 año después del parto, según el grado de RD. Según la Academia Americana de OftalmologÃa y la Asociación Americana de Diabetes, las pacientes con diabetes gestacional no requieren exámenes oculares. Ingrese con su usuario a Intramed para ver detalles: https://www.intramed.net/content/retinopatia-diabetica-deteccion-prevencion-y-tratamiento |