La Covid-19 ha tenido un impacto psicológico importante en la población mundial, incluso en naciones como Cuba -que no figura entre las de mayor número de contagios y muertes- la pandemia ha marcado profundamente a las personas.
Yanet Silva Alvear, presidenta del capítulo Santiago de Cuba de la Sociedad Cubana de Psicología, forma parte de un equipo de especialistas que estudian los efectos de la crisis global generada por el nuevo coronavirus en la población local. Sobre los hallazgos de la investigación, dialogó con Sierra Maestra.
“En el estudio aparecieron dificultades para conciliar el sueño, pensamiento catastrófico con respecto a la pandemia y rechazo al aislamiento. Incluso hemos pasado a una fase en la cual nos acercamos a una nueva normalidad, y sin embargo, aún las personas rechazan el distanciamiento físico.
“Hallamos los cambios frecuentes en el estado de ánimo, el temor y el comportamiento paradójico de exponerse, a pesar de conocer el riesgo y el modo de prevenirlo”, explicó.
Según la experta, en los meses de mayor tensión para la población santiaguera, hubo un incremento en el consumo de bebidas alcohólicas. Por otra parte, se registró el aumento de síntomas psicosomáticos importantes y del estrés.
El psicólogo Manuel Lescay Céspedes, fue uno de los que trabajó con los pacientes diagnosticados con Covid-19 en el Hospital Militar Joaquín Castillo Duany de Santiago de Cuba. Esa experiencia le mostró cuán difícil es, para los afectados por la pandemia, lidiar con reacciones emocionales muy desfavorables.
“En las personas que se confirma el SARS-Cov-2, son muy frecuentes el miedo, la depresión y la ansiedad por la larga estadía en el hospital, el centro de aislamiento o por estar separados de sus seres queridos. También aparecen manifestaciones clínicas como el trastorno del sueño, la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa”, explicó.
A decir del experto, en el personal que labora en zona roja también hay un impacto psicológico importante: el estrés y el temor al contagio son considerables.
Uno de los hallazgos del estudio es la creencia de poder que forma parte del imaginario colectivo en Santiago de Cuba: la convicción de que los cubanos son capaces de pasar por situaciones difíciles y sobrevivir a estas. El capítulo provincial de la Sociedad Cubana de Psicología crea alianzas con los medios de comunicación y diferentes actores sociales para impulsar una campaña que contribuya a fomentar el autocuidado, la responsabilidad y a fortalecer la autoestima y el empoderamiento para enfrentar el peligro que implica la pandemia.
Sin embargo, es innegable que más allá de los daños cuantificables, de las estadísticas de incidencia, letalidad y mortalidad por Covid-19, la humanidad toda tendrá que curarse también de los perjuicios psicológicos que ha causado la crisis sanitaria mundial.
No caben los muertos en un documento: el dolor de las vidas truncadas, de la pérdida de un ser querido, de la pobreza que crece ante la crisis causada por la enfermedad, no pueden ser descritos, por muchas y muy apropiadas que sean las palabras. Esas son las huellas que está marcando en su camino de destrucción la Covid-19. Son las trazas de una pandemia.
