El 16 de junio de 1980, la Corte Suprema de Estados Unidos emitió un histórico fallo, al declarar como un objeto patentable la creación de una bacteria genéticamente modificada, proveniente del género pseudomonas, capaz de descomponer el petróleo crudo, desarrollada por el investigador de origen hindú Ananda Mohan Chakrabarty.
Considerado el suceso que marcó el nacimiento de la industria biotecnológica a nivel mundial, la fecha fue escogida para celebrar cada año el Día Internacional de la Biotecnología, con la finalidad de reconocer los relevantes aportes tributados por esa disciplina científica al desarrollo de la medicina, la agricultura, la industria, la protección del medio ambiente y otras vitales esferas.
Sobre el tema, el doctor en Medicina y en Ciencias Médicas Agustín Lage Dávila, explicó a Granma que la primera empresa biotecnológica se creó en Estados Unidos en 1976, mientras el primer medicamento obtenido en el orbe, mediante técnicas de ingeniería genética, fue registrado en 1992. Por tanto, estamos hablando de una ciencia nueva.
¿QUÉ OCURRIÓ EN CUBA?
Para el director fundador del Centro de Inmunología Molecular (cim), una de las instituciones líderes del país en este campo, dentro de los rasgos distintivos de la biotecnología cubana figura su precocidad.
«En 1982 tuvo lugar la creación del pequeño Centro de Investigaciones Biológicas, conocido por su protagonismo en el desarrollo y producción inicial del Interferón. Apenas cinco años después, Cuba dispuso de su flamante Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (cigb), inaugurado el 1ro. de julio de 1986, por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
«A partir de entonces surgieron, una tras otra, nuevas entidades que se integraron al Polo Científico en 1992 y, posteriormente, al Grupo Empresarial BioCubaFarma, constituido en 2012.
«Hoy lo integran 48 empresas, 34 en Cuba y 14 en el exterior, dispone de un capital humano de alta calificación conformado por más de 15 000 trabajadores, y ocho de sus instituciones ostentan la condición de Empresas de Alta Tecnología».
Más allá de cubrir una parte significativa de las demandas del sistema nacional de Salud, los productos de BioCubaFarma se comercializan hoy en más de 40 países, aseveró.
Según puntualizó el reconocido científico, otras peculiaridades de la biotecnología en Cuba radican en que, desde sus inicios, trabajó bajo el concepto de ciclo completo (investigación-producción y comercialización), y su despegue productivo, exportador y de desarrollo de infraestructura ocurrió en los años del periodo especial, cuando la economía sufrió una significativa contracción de su producto interno bruto y la pérdida de mercados.
«Es importante resaltar que todo se hizo con inversión del Estado cubano, es decir sin ningún tipo de créditos externos. Todas son empresas de propiedad socialista, propiedad de todo el pueblo».
De acuerdo con lo expresado por el doctor Agustín Lage, es imposible omitir el liderazgo de Fidel en la creación y prioridad concedida al desarrollo de ese pujante complejo científico industrial, que es la biotecnología cubana.
«Fueron muchas las ideas, orientaciones y decisiones que trazó en aras de impulsar al máximo tan estratégico sector, por lo que implicaría para el bienestar del país. Así lo planteó en 1993, cuando expresó: “La ciencia y las producciones de la ciencia deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional…”.»
Debo destacar, también, el protagonismo de los jóvenes en el esfuerzo fundacional de la biotecnología cubana. Recuerdo que, cuando se inauguró el cim, el promedio de edad de los trabajadores era de 34 años, significó.
Consultado sobre qué sentía al ser una figura emblemática de esa rama de la ciencia en Cuba, respondió, con su proverbial modestia, que «no hay fundadores ni personalidades».
«Fue y será siempre la obra de un esfuerzo colectivo, el fruto del talento y consagración de miles de científicos, investigadores, tecnólogos, ingenieros y del más simple trabajador.
«A eso aspiramos, a que la ciencia y el desarrollo basado en la ciencia, y la voluntad y la audacia por conquistarlo, sean cada vez más un rasgo distintivo de la cultura cubana, y los fenómenos culturales son masivos o no son culturales.
«En mi caso, la mayor satisfacción es haber tenido la oportunidad de participar y seguir participando en este colosal empeño, que es la biotecnología cubana», recalcó el doctor Agustín Lage.