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Insomnio en la práctica clínica

El trastorno de insomnio se caracteriza por la insatisfacción con la calidad del sueño o la duración asociada con dificultad para permanecer dormido y angustia sustancial o alteraciones durante el día. El trastorno ocurre 3 noches o más por semana, persiste durante más de 3 meses y no es el resultado de oportunidades inadecuadas para dormir. Con frecuencia coexiste con otras afecciones médicas (p. ej., dolor) y trastornos psiquiátricos (p. ej., depresión), así como con otros trastornos del sueño (p. ej., síndrome de piernas inquietas y apnea del sueño).

Caso Clínico
 – Una mujer de 50 años presenta una historia de 6 meses de dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormida varias noches a la semana, lo que afecta su desempeño laboral.

 – Ella informa haber tenido síntomas de ansiedad y depresión de leves a moderados durante el último año.

 – Tiene hipotiroidismo, por lo que ha recibido tratamiento con levotiroxina; los niveles de TSH y hormona tiroidea fueron normales cuando se midieron el mes anterior.

 – Ha probado somníferos de venta libre (valeriana y melatonina), que han tenido un efecto limitado, y ocasionalmente ha tomado hipnóticos (lorazepam y eszopiclona).

 – Le preocupa la drogodependencia, pero también cree que su problema de sueño está empeorando.

¿Cómo manejaría el insomnio de esta paciente?

El insomnio es el trastorno del sueño más prevalente en la población general y uno de los problemas más frecuentes que plantean los pacientes durante las visitas a atención primaria, aunque muchas veces no se trata. Aproximadamente el 10% de los adultos cumplen los criterios del trastorno de insomnio y otro 15 a 20% informa síntomas de insomnio ocasionales. Es más frecuente entre mujeres y personas con problemas mentales o médicos, y su incidencia aumenta en la mediana edad y más tarde, así como durante la perimenopausia y la menopausia. Aunque los mecanismos fisiopatológicos aún no se conocen bien, la hiperactivación psicológica y fisiológica se reconocen como características centrales.

El insomnio puede ser situacional o episódico, pero sigue un curso persistente en más del 50% de los pacientes. El primer episodio suele surgir de situaciones vitales estresantes, problemas de salud, horarios de trabajo atípicos o viajes a través de varios husos horarios (jet lag). Aunque la mayoría de las personas reanudan el sueño normal después de adaptarse al evento precipitante, se puede desarrollar insomnio crónico en personas vulnerables al trastorno. Los factores psicológicos, conductuales o médicos a menudo perpetúan las dificultades crónicas del sueño.

La evaluación y el diagnóstico del insomnio se basan en una historia clínica cuidadosa para documentar los síntomas, el curso, las condiciones concurrentes y otros factores contribuyentes. Una historia de 24 horas de conductas de sueño-vigilia pueden identificar objetivos conductuales y ambientales adicionales para la intervención (Fig. 1). Las herramientas de evaluación informadas por los pacientes y los diarios del sueño pueden proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y la gravedad de los síntomas, ayudar a detectar otros trastornos del sueño y monitorear el progreso del tratamiento.

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Ariadna Velázquez Ricardo
MSc. Informática Esp. Educativa. Esp. Gestión, procesamiento y almacenamiento de la información. CPICM-SC. Infomed.

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