Investigadores chinos han descubierto que la deleción genética de la proteÃna IGF2BP3 atenúa la progresión de la artritis reumatoide en ratones.
Estos animales presentaron menor Ãndice clÃnico, disminución del grosor de las articulaciones afectadas y reducción de los niveles circulantes de citoquinas proinflamatorias. En el examen del papel patofisiológico de IGF2BP3 a nivel celular, los cientÃficos llevaron a cabo múltiples ensayos in vitro con celastrol, un inhibidor de IGF2BP3, demostrándose que este compuesto inhibe la proliferación y la capacidad migratoria e invasiva de los fibroblastos similares a los sinoviocitos, atenuando además la polarización de los macrófagos hacia el fenotipo proinflamatorio M1 y reduciendo la producción de especies reactivas del oxÃgeno, factores todos ellos que contribuyen a la pérdida de homeostasis tisular.
Tingting Deng, codirectora del estudio afirma que, aunque el uso terapéutico del celastrol está limitado por su toxicidad, su capacidad de inhibir la metilación de la adenosina es consistente con el papel adjudicado a esta modificación epigenética en el desarrollo de la enfermedad.
Dada la dificultad de desarrollar fármacos inhibidores de esta metilación, los inhibidores de IGF2BP3 representan una prometedora alternativa, asegura la cientÃfica.
El estudio también ha dilucidado la vÃa de señalización por la que IGF2BP3 ejerce sus efectos deletéreos, y que incluye la activación del interruptor molecular energético mTORC1 y la fosforilación de varias quinasas. La inhibición de este eje podrÃa representar una estrategia terapéutica en la artritis reumatoide, concluye la investigadora.
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