Inicio » Recurso de Información »

Efectos del ejercicio sobre las enfermedades autoinmunes

Las enfermedades autoinmunes son afecciones caracterizadas por una desregulación inmune que conduce a daño tisular en el huésped. La inactividad física es un factor de riesgo para la progresión de estas enfermedades. En estos pacientes se recomienda el entrenamiento físico en combinación con medicamentos y atención clínica para mejorar la calidad de vida, la capacidad cardiorrespiratoria y la fuerza muscular, y para aliviar síntomas como el dolor.

La paliación de la inflamación es un objetivo importante en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes. Todas ellas comparten características comunes, incluyendo la elevación de marcadores inflamatorios circulantes como interleucina (IL)-6, factor de necrosis tumoral α (TNF-α) y proteína C reactiva (PCR) en condiciones basales o de reposo. El entrenamiento físico regular se ha relacionado en numerosos estudios con un efecto antiinflamatorio, posiblemente por mayor liberación de hormonas (cortisol y adrenalina) y mioquinas que regulan negativamente la producción de citocinas pro-inflamatorias por las células inmunes. El entrenamiento físico también moviliza células T reguladoras (Treg), células asesinas naturales y otras células inmunes que liberan IL-10. El entrenamiento físico se asocia con disminución del tejido adiposo visceral. Esto es importante porque el aumento de este tejido causado por inactividad física y sobrealimentación conduce a una expansión de las células inmunes innatas y adaptativas inflamatorias residentes que sustentan la inflamación sistémica. En conjunto, el entrenamiento físico es importante para la salud inmune por sus efectos en el reclutamiento de células inmunes, de actividad antimicrobiana y de reducción de la inflamación sistémica.

De 2003 a 2013, hubo pocas revisiones sistemáticas de artículos publicados sobre entrenamiento físico y enfermedades autoinmunes. Una revisión concluyó que los programas de ejercicio regular redujeron la inflamación crónica y que sesiones únicas de ejercicio moderado a intenso se asociaron con un aumento variable pero modesto en algunos biomarcadores de inflamación. Revisiones sistemáticas y meta-análisis recientes de 2013 a 2023, informaron resultados variables para los efectos del ejercicio en los biomarcadores inflamatorios.

A pesar de que la literatura existente sugiere que el entrenamiento con ejercicios tiene un efecto antiinflamatorio, ninguna investigación previa ha revisado sistemáticamente todos los tipos de intervenciones con ejercicios para las enfermedades autoinmunes más comunes. Por lo tanto, el objetivo de esta revisión sistemática fue resumir los efectos antiinflamatorios de diversas formas de intervenciones de ejercicio agudo y regular para enfermedades autoinmunes.

Resultados

> Selección de estudios

Se identificaron 14.565 registros en la búsqueda. Tras la eliminación de artículos duplicados e irrelevantes, se evaluaron 736 artículos de texto completo. Luego del proceso de selección, 87 artículos fueron elegibles y se incluyeron en la revisión.

> Características de los estudios

– Participantes. Un total de 87 estudios publicados entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de agosto de 2023 proporcionaron resultados para 2779 pacientes con enfermedades autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes más comunes estudiadas fueron esclerosis múltiple (EM), artritis reumatoide (AR), diabetes tipo 1 (DT1), lupus eritematoso sistémico (LES), espondilitis anquilosante (EA), miopatías inflamatorias idiopáticas (MII), enfermedad inflamatoria intestinal (EII), arteritis de Takayasu (AT), artritis idiopática juvenil (AIJ), pénfigo foliáceo (PF), y esclerosis sistémica (SS). Tres estudios incluyeron pacientes con más de una enfermedad. La edad y el sexo son factores significativos en la efectividad de las intervenciones, así como en el desarrollo de estas enfermedades. Hubo 12 estudios que incluyeron adolescentes, y 8 informaron la mediana y el rango de edad de los participantes. Los estudios se llevaron a cabo en 25 países.

– Intervenciones con ejercicios. En 66 estudios se realizaron intervenciones con ejercicio regular, en 28 estudios con ejercicio agudo, y en 7 estudios se investigaron los efectos tanto del ejercicio agudo como regular. Para las intervenciones de ejercicio regular, 32 ensayos utilizaron una combinación de ejercicios, 17 actividad aeróbica (AA), 17 entrenamiento de resistencia (ER), y 4 estudios entrenamiento en intervalos de alta intensidad (EIAI). La frecuencia del ejercicio fue de 3 a 5 veces por semana. Para las intervenciones de ejercicio agudo, 22 ensayos utilizaron AA, 2 ER, 2 EIAI y AA, y 2 ejercicio combinado. Otras intervenciones fueron yoga, pilates, Tai Chi, estiramiento, y ejercicio calisténico.

> Principales hallazgos de los estudios revisados

– Esclerosis múltiple.  En los ensayos de intervención con ejercicios regulares, los programas incluyeron AA, ER, EIAI y ejercicio combinado. Las intervenciones variaron de 8 a 12 semanas, (mínimo 4 días y máximo 6 meses), con una frecuencia de 2 a 5 veces por semana. Siete de los 20 estudios hallaron que el ejercicio tuvo efectos antiinflamatorios con reducciones de PCR, IL-6, y TNF-α en circulación periférica y aumento de IL-10. Dos intervenciones informaron cambios en el número de células dendríticas y la proporción de células Treg. Siete estudios no informaron efectos de las intervenciones en los marcadores relacionados con la inflamación. Entre los 7 estudios de intervención de ejercicio agudo, solo uno mostró una disminución del TNF-α inmediatamente después de AA. Los pacientes con EM mostraron mejoras en su discapacidad clínica, fatiga, estado de ánimo, cognición, calidad de vida, capacidad de ejercicio, aptitud física y cardiorrespiratoria, fuerza muscular, y equilibrio después de las intervenciones de ejercicio.

– Artritis reumatoide. En los ensayos de intervención con ejercicios regulares, los programas incluyeron AA, ER, yoga, EIAI y ejercicio combinado. Las intervenciones variaron de 8 a 24 semanas, con un máximo de 2 años, y con una frecuencia de 2 a 5 veces por semana. Siete estudios hallaron efectos antiinflamatorios con disminución de PCR, IL-6, y TNF-α y aumento de IL-10, un estudio informó cambios en las proporciones de Treg y células B reguladoras, y 4 estudios no encontraron efectos en los marcadores inflamatorios. Dos estudios de intervención de ejercicio agudo no hallaron efectos antiinflamatorios, y un estudio de intervención de AA aguda informó un aumento en IL-6. Los pacientes con AR mostraron mejoras en la actividad de la enfermedad, la fatiga, la capacidad cardiorrespiratoria y de ejercicio, y la fuerza muscular después de realizar ejercicio.

– Diabetes tipo 1. Tres ensayos de intervención con ejercicio regular (10-12 semanas, 3 sesiones/ semana) no informaron cambios en los biomarcadores de inflamación. Un ensayo de intervención con ejercicio regular (ER) mostró aumentó de IL-6. De los 9 ensayos de intervención con ejercicio agudo, un estudio informó que la AA aumentó la proporción de células asesinas naturales, y otro estudio mostró una disminución del TNF-α. Siete estudios mostraron efectos pro-inflamatorios, con elevación de IL-6 en circulación periférica y músculo. Los sujetos en 6 de estos estudios eran adolescentes. Después de la intervención con ejercicio combinado (AA y ER), los pacientes experimentaron una disminución en los niveles de glucemia y una mejora en el control glucémico, además de mejoras significativas en la fuerza muscular y la aptitud cardiorrespiratoria.

– Lupus eritematoso sistémico. En 5 ensayos de intervención de ejercicio regular (2 a 4 meses, 2 a 3 sesiones/semana) en mujeres con LES, solo se observó una reducción de TNF-α, IL-2, IL-4, e IL-5 después de 8 semanas de ejercicio combinado. Cuatro estudios no informaron cambios en los biomarcadores de inflamación. La expresión génica de leucocitos en pacientes con LES en comparación con controles sanos después de una serie aguda de 30 minutos de ejercicio fue menos organizada, sugiriendo una deficiencia en la respuesta transcripcional inmune inducida por el ejercicio normal. La intervención con ejercicios mejoró la calidad de vida y la función física, la aptitud cardiorrespiratoria, la flexibilidad, la fuerza y ​​el dolor en estos pacientes.

– Espondilitis anquilosante.  Cinco ensayos de intervención con ejercicios regulares (2 a 6 meses, 2 a 5 sesiones/semana) no informaron cambios en los biomarcadores de inflamación. Un estudio de intervención de Tai Chi encontró una disminución de la PCR, y 2 de ejercicio combinado informaron una reducción de TNF-α y calprotectina en circulación periférica. Los pacientes con EA mostraron mejoras en la actividad de la enfermedad, la calidad de vida, y el estado de ánimo, y reducción del dolor después del ejercicio. Además, demostraron una mayor mejora en la capacidad funcional la aptitud cardiorrespiratoria y la fuerza muscular.

– Miopatías inflamatorias idiopáticas. De 5 ensayos de intervención con ejercicios regulares (7-26 semanas, 2 a 5 sesiones/semana), 2 estudios informaron reducciones en el TNF-α plasmático, IL-7, IL-9, IL-17A, IL-12p70, proteína inflamatoria de macrófagos-1β, ligando de quimiocina-5 y molécula soluble de adhesión intercelular-1. Los otros estudios no informaron cambios en los biomarcadores. La intervención también mejoró la discapacidad, la estabilidad, la capacidad aeróbica y la fuerza muscular en estos pacientes.

– Enfermedad inflamatoria intestinal.  Cinco ensayos de intervención de ejercicio regular (4 días a 16 semanas, 3 a 5 sesiones/semana) informaron una disminución en el recuento de leucocitos en sangre, PCR sérica, y calprotectina, o ningún cambio en los biomarcadores de inflamación. Los pacientes con EII mostraron una mejor calidad de vida y una reducción de la fatiga después del ejercicio, además, de una disminución en el porcentaje de grasa corporal y una mejor aptitud cardiorrespiratoria y fuerza muscular. El ejercicio agudo no cambió la actividad de la enfermedad de EII en pacientes con colitis ulcerosa, pero sí aumentó en pacientes con Enfermedad de Crohn.

– Arteritis de Takayasu. Los ensayos de intervención con ejercicios regulares (cada 12 semanas, 2-3 sesiones por semana) para pacientes con AT mostraron reducciones en la PCR sérica y el TNF-α y la IL-1β plasmáticos. Después del ejercicio, los pacientes experimentaron alivio de los síntomas de AT, reducción de la adiposidad visceral, y mejoras significativas en los niveles de actividad física, así como en la fuerza y ​​función muscular.

– Otras enfermedades autoinmunes. Un estudio de intervención con ER de 12 semanas en pacientes con PF mostró reducciones en IL-17, IL-22, IL-15 e IFN-ɣ plasmáticos. La mayoría de los pacientes con ES no pudieron completar una prueba de ejercicio cardiopulmonar máxima y, por lo tanto, los cambios agudos en los biomarcadores fueron difíciles de interpretar en relación con controles sanos. El aumento normal en las concentraciones sanguíneas de CD8+ después de un episodio agudo de ciclismo incremental máximo se vio atenuado en pacientes con AR y LES. Dos estudios de intervención con ejercicios en pacientes con enfermedades autoinmunes combinadas (AR y AIJ, EM y EA) no mostraron cambios en los biomarcadores de inflamación.

Para ver detalles ingrese a IntraMed: https://www.intramed.net/content/66be4b878d63200246af89c1

Deja un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

*

code

...
Ariadna Velázquez Ricardo
MSc. Informática Esp. Educativa. Esp. Gestión, procesamiento y almacenamiento de la información. CPICM-SC. Infomed.

Últimos Comentarios

© 2008 - 2025 Infomed Santiago - Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas