La vacunación anual contra la influenza es la principal estrategia para la prevención de la enfermedad y sus complicaciones. Especialmente, en grupos de alto riesgo.
De forma tradicional, las vacunas contra la influenza se han fabricado mediante la propagación del virus en huevos embrionados de gallina. Sin embargo, este proceso puede inducir mutaciones adaptativas en los genes que codifican los antÃgenos hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA)1,2.
Es decir, los antÃgenos contenidos en la vacuna producida en huevo embrionado pueden diferir en relación a los antÃgenos de las cepas circulantes. Esto implica que los anticuerpos conferidos a través de esta vacuna podrÃan no estar dirigidos de manera especÃfica a los virus. |
En 2012 fue aprobada en Estados Unidos una vacuna de influenza desarrollada con una tecnologÃa innovadora, basada en el cultivo celular. Durante el proceso de producción, el virus de influenza es propagado en lÃneas celulares de mamÃferos Madin-Darby Canine Kidney (MDCK)1. Este método elimina el riesgo de mutaciones por adaptación al huevo, lo que podrÃa resultar en una mejor correspondencia antigénica y, por lo tanto, una mayor efectividad de la vacuna.
Al propagar los virus de la vacuna en lÃneas celulares de mamÃferos y evitar las mutaciones de adaptación al huevo en los sitios antigénicos de la HA y la NA, se asegura que los antÃgenos conseguidos sean equivalentes a las cepas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto en secuencia de aminoácidos como en patrón de glicosilación.
Efectividad de la vacuna antigripal de cultivo celular |
Varios estudios observacionales y metanálisis han comparado la efectividad relativa de las vacunas antigripales de cultivo celular (QIVc) frente a las vacunas de cultivo en huevo (QIVe). Entre ellos1,3:
• Un metanálisis de estudios observacionales realizados durante las temporadas de influenza 2017-2018 y 2018-2019 destacó el impacto potencial de la adaptación al huevo frente a la deriva antigénica en la efectividad de la vacuna. La temporada 2017-2018 se caracterizó por una adaptación significativa al huevo de A/H3N2 y fue de mucha gravedad. Durante esta temporada, se encontró que las vacunas de cultivo celular eran un 11 % (IC del 95 %: 8-14 %) más efectivas que las vacunas de cultivo en huevo en la prevención, y el riesgo relativo de hospitalizaciones relacionadas con la influenza se redujo en un 8 % con ellas.
• Durante la temporada 2018-2019, se observó deriva antigénica de A/H3N2, pero no adaptación al huevo, y la efectividad general de la vacuna fue menor que en la temporada anterior. La efectividad relativa de las vacunas de cultivo celular frente a las de cultivo en huevo fue del 6 % (IC del 95 %: 5-8 %) en dicha temporada.
• Estudios observacionales individuales de la temporada 2019-2020 también reportaron un beneficio de las vacunas de cultivo celular sobre las de cultivo en huevo en menores de 65 años (las estimaciones oscilaron entre el 5,3 % y el 12,2 %).
• Un estudio que evaluó la efectividad relativa de la vacuna tetravalente inactivada de cultivo celular (cIIV4) en comparación con la vacuna tetravalente inactivada derivada de huevo (eIIV4), en individuos con alto riesgo de complicaciones por influenza, durante la temporada 2018-2019 en los EE. UU., encontró que la cIIV4 fue significativamente más efectiva para prevenir encuentros médicos relacionados con la influenza que la eIIV4 en una cohorte de personas con ≥ 1 condición de salud. La tendencia fue coherente para aquellos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, incluido el asma, y para aquellos con enfermedad reumática.
• Un estudio de diseño de test negativo, recientemente publicado, demostró una efectividad consistentemente superior de QIVc frente a QIVe en la prevención de la influenza, confirmada mediante pruebas durante tres temporadas, caracterizadas por diferentes virus circulantes y grados de adaptación al huevo5.
Efectividad en niños |
La vacuna antigripal tetravalente de cultivo celular está indicada para niños a partir de los 6 meses de edad. Diversos estudios cientÃficos han demostrado su efectividad2,3:
• Una revisión narrativa de estudios encontró que el uso de la QIVc es efectivo en pacientes pediátricos, con beneficios incrementales respecto a la QIVe en la prevención de hospitalizaciones y encuentros médicos relacionados con la influenza.
• Un ensayo clÃnico aleatorizado en niños de 2 a < 18 años demostró una eficacia de la QIVc del 54,6 % contra la influenza, confirmada por laboratorio. La eficacia fue más alta contra A/H1N1 (80,7 %), seguida de influenza B (47,6 %) y A/H3N2 (42,1 %). La eficacia fue similar, tanto en los grupos de edad de 2 a 3 años (62,7 %), como en aquellos de 4 a 17 años (53,3 %).
• Un estudio en niños y adolescentes de los Estados Unidos, durante la temporada de influenza 2019-2020, encontró que la efectividad relativa contra eventos médicos relacionados con la influenza y eventos solo para pacientes ambulatorios fue mayor para la QIVc, con estimaciones del 12,2 % (IC del 95 %: 7,5 % a 16,6 %) y el 14,3 % (IC del 95 %: 9,3 % a 19 %), respectivamente.
• Un estudio en EE. UU. demostró que el uso de la QIVc, en lugar de la QIVe en la población pediátrica (6 meses a 17 años), resultó en ahorros de costos tanto en temporadas de baja como de alta incidencia de influenza. De la misma manera, otro estudio en Italia mostró que el uso de la QIVc en niños de 6 meses a 8 años y de 9 a 17 años también tuvo ahorros de costos en comparación con el uso de la QIVe.
• Un estudio de costo efectividad realizado en Argentina, en una población de 6 meses a 64 años, demostró que la mayor efectividad de la QIVc en comparación con la QIVe podrÃa reducir significativamente el número de casos de influenza estacional, complicaciones, hospitalizaciones y muertes, lo que demuestra que la implementación de esta alternativa serÃa una estrategia costo efectiva. Además, se espera que la vacunación con QIVc genere un ahorro en costos en comparación con la QIVe, desde una perspectiva social. Los beneficios clÃnicos y económicos del uso de la QIVc serÃan aún mayores en temporadas con altos problemas de adaptación a los huevos7.
La dosis recomendada es de 0,5 ml a partir de los 6 meses de edad. En niños de 6 meses a 8 años que se vacunan por primera vez contra la influenza, se requieren dos dosis separadas por al menos 4 semanas. Para niños de 9 años o más, la dosis es una única anual de 0,5 ml. |
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