En la práctica clínica oftalmológica se presentan dos enfermedades vasculares retinianas agudas: la oclusión de las arterias y venas retinianas; que ocasionan la pérdida brusca y poco dolorosa de la visión.(1)
La oclusión venosa retiniana (OVR) constituye la segunda forma más común de enfermedad vascular de la retina, después de la retinopatía diabética. Se define como el resultado de la interrupción del flujo sanguíneo total o parcial a través de la vena central de la retina o de una de sus ramas.(2)
Según lo citado por Chiang et al,(3) en 1854, Leibreich se refirió por primera vez a la enfermedad como apoplejía retinal, y en 1877 Leber la describió como retinitis hemorrágica. En otra ocasión, Hayreh, hace referencia a la oclusión de la vena retiniana hemicentral como una variante clínica de la oclusión de vena central de la retina.(1)
Referido a la epidemiología de las oclusiones venosas, el Consorcio Internacional de Enfermedades Oculares, plantea que existe una prevalencia de 5,20 por 1000 habitantes.(4) Por otra parte, más del 80 % cambian a la forma isquémica y 7 % evolucionan al glaucoma neovascular.(3)
La mayoría de los factores de riesgos implicados en la enfermedad son causantes de un proceso trombogénico. Dentro de los factores de riesgo se encuentran la hipertensión arterial, la edad avanzada, la diabetes mellitus, la hiperlipidemia, la obesidad, el hábito de fumar y otros. Se considera que las enfermedades cardiovasculares son los más frecuentes.(5,6)
Se proyectan 3 mecanismos fisiopatológicos que provocan la oclusión: compresión de la vena en un cruce arteriovenoso, los cambios degenerativos de la pared del vaso y la formación de trombos.(7) La mayoría de las OVR de rama ocurren en un cruce arteriovenoso.(8)
La OVR se clasifica de acuerdo a su localización anatómica, en oclusión de la vena central de la retina, de rama venosa retiniana y hemicentral de vena retiniana. Según sus características clínicas y por angiografía retiniana se muestran dos formas: no isquémica (perfundida) y (no perfundida).(9) Se manifiesta con disminución de la agudeza visual y alteraciones al fondo de ojo dadas por hemorragias y exudados que indican el daño isquémico.(10)
En relación con la gravedad de la enfermedad y la evolución a su forma isquémica, aparecen complicaciones que provocan mayor afectación de la visión del paciente, donde las más representativas son el edema macular, la neovascularización y el glaucoma neovascular secundario a la isquemia retiniana, respectivamente.(11)
A nivel mundial, la oclusión venosa retiniana representa una de las causas más comunes de pérdida de visión unilateral e indolora, que ocasiona discapacidad visual con gran incidencia en el pronóstico. Debido a que existen pocas investigaciones recientes relacionadas con las características epidemiológicas y clínicas de las oclusiones venosas retinianas en la provincia, es que surge la necesidad de realizar la presente investigación con el objetivo de caracterizar los pacientes con oclusiones venosas retinianas, según variables epidemiológicas y clínicas.
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