El presente texto fue encomendado por la Sección de Reducción de la Demanda del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID).
En la GuÃa se parte de una posición filosófica positiva en lo que respecta a hacer frente al abuso de drogas y los problemas conexos. Esa posición está basada en el hecho de que en muchos paÃses existen pruebas cientÃficas fehacientes de que un tratamiento bien organizado, con personal capacitado que preste el apoyo necesario, puede surtir efectos rápidos y duraderos en las personas afectadas.
Eso proporciona una justificación clara para que los encargados de la formulación de polÃticas nacionales e internacionales procuren asegurarse de que se disponga de
recursos para hacer frente al grave problema de las drogas y del abuso de éstas de manera constructiva.
Invertir en tratamiento ha demostrado ser una buena decisión tanto desde el punto de vista humano como desde el punto de vista económico. Como se explica en forma más detallada en la publicación que acompaña a la presente GuÃa, titulada Por qué invertir en el tratamiento del abuso de drogas: Documento de debate para la formulación de polÃticas [1], es posible determinar una variedad de criterios para un tratamiento eficaz e ingredientes activos importantes de los tratamientos eficaces. Posteriormente habrá que adaptar esos elementos en el contexto de las diferentes circunstancias socioculturales y económicas [2].
La preparación de la GuÃa se basó en las 11 observaciones básicas siguientes:
• Las personas que sufren problemas relacionados con drogas suelen tener múltiples necesidades de tratamiento en una variedad de esferas personales, sociales y económicas;
• Los problemas generados por el abuso de drogas se pueden tratar eficazmente si las personas afectadas tienen acceso a servicios de tratamiento y rehabilitación apropiados para atender a sus necesidades y de calidad, intensidad y duración suficientes;
• El apoyo financiero básico para el tratamiento y la rehabilitación se debe orientar a los servicios que hayan resultado verdaderamente eficaces;
• Ningún tratamiento es eficaz en todos los casos. Las personas pueden necesitar diversas clases de tratamientos, integrados y coordinados eficazmente, en los distintos momentos y etapas en que pidan ayuda;
• Las personas han de tener acceso o deben ser remitidas al tratamiento que más les convenga. Los servicios de tratamiento deben tener en cuenta necesidades concretas relativas al sexo, la edad, la salud y los comportamientos de riesgo;
• La prevención de infecciones transmitidas por la sangre, entre ellas el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y las hepatitis B y C, es un componente fundamental de un enfoque de tratamiento integral;
• Los servicios de tratamiento deberán aprovechar, en la medida de lo posible, las instituciones sociales y de salud existentes y vincularse e integrarse a ellas con
objeto de lograr que la atención sea un proceso continuo. También deberán comprender servicios de apoyo en la comunidad;
• La coordinación de la atención es una tarea esencial de todo sistema de tratamiento eficaz y eficiente;• Para que la planificación de los tratamientos sea eficaz debe existir una asociación entre el gobierno, los organismos y proveedores públicos y privados en los
planos regional y local, los usuarios de los servicios [3] y la comunidad;
• Los servicios de tratamiento y rehabilitación deben desempeñar una función esencial en lo que respecta a mitigar el estigma social y la discriminación contra las personas dependientes de sustancias y a apoyar su readaptación social como miembros sanos y productivos de la comunidad;
• Las actividades de investigación deben estar orientadas a llenar las lagunas de conocimientos sobre la eficacia de los criterios de tratamiento y a atender a determinados grupos. Para la capacitación del personal se ha de seguir el mismo criterio.
Ver detalles: https://www.unodc.org/docs/treatment/Guide_S.pdf