El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune, donde más del 90% de los pacientes son mujeres. Los sÃntomas muestran una gran variación, desde manifestaciones cutáneas leves hasta insuficiencia orgánica potencialmente mortal.
Aunque el pronóstico desde la introducción de los corticosteroides y otras modalidades de tratamiento ha mejorado considerablemente, aún existe una mayor mortalidad en el LES con complicaciones, especialmente en el caso de la nefritis lúpica y la enfermedad cardiovascular (ECV).
La evolución de los criterios diagnósticos para LES es interesante en sà misma, y los más recientes fueron de la Liga Europea contra el Reumatismo/ Colegio Americano de ReumatologÃa en 2019, donde se requerÃan anticuerpos antinucleares (ANA) positivos como criterio de entrada y luego una combinación de las manifestaciones clÃnicas y medidas serológicas/ inmunológicas.
Cabe destacar que las enfermedades reumáticas en general se basan en criterios, lo que refleja que el conocimiento de sus causas es relativamente escaso, aunque los mecanismos directamente causantes están mucho más definidos. Es probable que estos criterios cambien en el futuro, y también que los lÃmites entre estas enfermedades, especialmente las enfermedades autoinmunes sistémicas (SAD), no sean tan claros como sugieren los criterios.
La presencia de ANA como prerrequisito para el diagnóstico ilustra que el material nuclear (con células muertas como origen probable) y la autoinmunidad contra él es una caracterÃstica central de la enfermedad. El aclaramiento anómalo y/o disfuncional de las células muertas representa otro aspecto importante. Un desequilibrio en el sistema inmunológico con una menor proporción de células T reguladoras (Tregs) es otra particularidad del LES y un ejemplo de la aberración inmunológica.
El LES es relativamente raro. Su incidencia está aumentando en varios paÃses pero esto puede atribuirse a un mejor diagnóstico. También hay diferencias interesantes entre las etnias, donde se informa que el LES es más común en las poblaciones africanas y árabes, más bajo entre las poblaciones hispanas y asiáticas, e incluso más bajo entre los caucásicos.
El LES tenÃa un pronóstico mucho peor antes de que se instaurara el tratamiento con inmunosupresores, incluida la cortisona. Después de eso, quedó claro que la ECV era importante como una complicación posterior y en un importante estudio de finales de los años 70, se informó un patrón bimodal de LES, donde las complicaciones más agudas en una etapa temprana de la enfermedad a menudo fueron seguidas por ECV en una etapa posterior.
Una pregunta importante, dado el mayor riesgo de ECV en el LES, es qué factores de riesgo están involucrados. En un estudio controlado se informó que estaba implicada una combinación de factores de riesgo tradicionales y no tradicionales. Entre los no tradicionales se observó aumento de los niveles de lipoproteÃnas de baja densidad oxidadas (OxLDL) y también de anticoagulantes lúpicos, que se relacionan con anticuerpos antifosfolÃpidos. Entre los tradicionales, la dislipemia se asoció a ECV. Sin embargo, la dislipidemia en el LES tiene caracterÃsticas especÃficas, con lipoproteÃnas de alta densidad (HDL) bajas, triglicéridos elevados, pero no LDL elevados.
La causa subyacente de la ECV en el LES puede estar relacionada tanto con la trombosis como en el sÃndrome de anticuerpos antifosfolÃpidos (SAF) causado por los anticuerpos antifosfolÃpidos (aFL), como con la enfermedad aterosclerótica, que todavÃa no es mutuamente excluyente.
aFL y ECV en LES |
En general, el SAF se caracteriza por trombosis, tanto arterial como venosa, y por complicaciones del embarazo, especialmente aborto espontáneo.
SAF se divide en primario y secundario, donde el primero es poco común, aunque aFL per se puede determinarse en el 1%-5% de la población, lo que rara vez conduce a SAF. La determinación de aFL también es importante en otras enfermedades autoinmunes sistémicas, no solo en LES, para disminuir el riesgo de SAF secundario.
Los anticuerpos antifosfolÃpidos reconocen los fosfolÃpidos, especialmente la cardiolipina (CL), y ha quedado claro que las proteÃnas de unión a fosfolÃpidos juegan un papel importante, donde la beta-2-glucoproteÃna I se considera actualmente la más relevante como cofactor para aFL. Lo más probable es que los efectos patogénicos se puedan dividir en dos, que no son mutuamente excluyentes: efectos directos sobre el endotelio y otras células y plaquetas, e interferencia con el sistema de coagulación que conduce a un estado protrombótico.
Los efectos sobre el sistema de coagulación podrÃan desempeñar un papel importante en las ECV relacionadas con el LES a través de diferentes mecanismos. Además, aquà hay varias posibilidades que no se excluyen mutuamente. Un mecanismo especÃfico de cómo aFL puede causar ECV como accidente cerebrovascular e infarto de miocardio en LES está relacionado con la anexina A5, una proteÃna que se sabe que se une a fosfatidilserina, que está expuesta en células muertas y moribundas y que funciona como un patrón molecular asociado al peligro (DAMP).
Aterosclerosis en LES |
La naturaleza inflamatoria de la aterosclerosis se conoce desde hace mucho tiempo. El LES podrÃa promover la aterosclerosis y/o las placas ateroscleróticas.
Al mismo tiempo, la aterosclerosis es un proceso inflamatorio de desarrollo lento en las arterias. Se caracteriza por la acumulación de células muertas, OxLDL e infiltrado activado de células inmunocompetentes, incluidas las células T, monocitos/macrófagos, y también células de músculo liso, pero no mucho de granulocitos, que tÃpicamente son un componente principal en la artritis como en la artritis reumatoide.