El desarrollo de la Medicina Natural y Tradicional en la nación cubana, no es un proceder más en razón de la salud, deviene, además, respaldo potencial e importante respuesta ante la carencia de medicamentos, ocasionada por la nefasta política imperial durante más de seis décadas.
En todo el país se multiplican las acciones para sostener e incrementar hasta donde se pueda la elaboración de productos con probados resultados, a partir de los valores de la naturaleza, y la inteligencia y voluntad de especialistas, técnicos y directivos, y la acción unida, esencialmente, entre las esferas del Salud y la Agricultura. Así se constata en toda la red de centros encargados de tan esencial misión.
El Laboratorio de Plantas Medicinales, enclavado en Avenida de Céspedes, entre las calles D y E, en el Reparto Sueño, de Santiago de Cuba, porta en si el mérito de tributar con diferentes productos, destinados a la venta en farmacias.
En conversación con la licenciada en Ciencias Farmacéuticas, Bárbara Tabares Ramos, administradora de este centro se conoció que “aquí se trabaja con mucha dedicación y responsabilidad para elaborar fitofármacos y api fármacos. Los primeros se refieren a las tinturas y jarabes, según todas las formulaciones establecidas, y los segundos a los melitos, o sea contienen la preciada miel de abejas con todos los beneficios, que entraña.
“Nuestra producción alcanza como promedio diario mil 600 fármacos para así garantizar su presencia en las farmacias y contribuir al déficit de medicamentos. Ahora, por ejemplo, tenemos lista la tintura de guayaba, que como se conoce es anti diarreica, antioxidante, antiséptica, antibacteriana, hemostática y sedante, por lo que, en correspondencia, ayuda a sustituir medicamentos afines”.
Este laboratorio, que pertenece al Distrito 4, Santiago Norte de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas, cuenta con 4 trabajadores, quienes se encargan del flujo constante de productos, gracias a la posibilidad de contar con la materia prima vegetal proporcionada por la Agricultura.
Y es que pudiera parecer un proceso sencillo, pero lleva en si la exigencia de cumplir los requerimientos establecidos para el proceso de las plantas. Luego de ser confeccionado el fármaco de origen natural, pasa por un control de calidad en el Laboratorio Provincial, donde después de un análisis riguroso, es aprobado.
Si bien los precios para adquirir los medicamentos de origen natural, ahora son superiores, porque antes eran subsidiados y el reordenamiento económico es ineludible, tienen mucha demanda de la población por la calidad y la falta de fármacos de origen industrial.
Desde tiempos muy remotos se hizo uso de las plantas para sanar y aliviar enfermedades sin conocimiento real de su efecto en el ser humano. Así transitó de generación en generación hasta llegar al desarrollo actual, al amparo de investigaciones científicas, que han logrado determinar las sustancias activas, presentes en una u otra planta.
Santiago de Cuba, al igual que el resto del país, no está exenta de tales adelantos, sino que con la suerte de un ecosistema pródigo por su variada vegetación y contar con el vasto conocimiento de sus especialistas, potencia el crecimiento de la medicina natural y tradicional, por la salud de su población, a ultranza de las carencias de razones conocidas. Es, sin dudas, un valor intrínseco a los hijos de este archipiélago, quienes no se detienen.