La inteligencia artificial (IA), capaz de analizar grandes cantidades de datos a una velocidad hasta ahora impensable, puede ser una herramienta clave para acelerar la investigación cientÃfica y mejorar la sanidad, pero siempre como apoyo del pensamiento crÃtico de los cientÃficos y los médicos, nunca para sustituirlos.
Esta ha sido la principal conclusión de los expertos que han participado este martes en la jornada «La oportunidad de la IA para la ciencia», un evento organizado por Google para explicar cómo las nuevas tecnologÃas están siendo esenciales para la ciencia y la salud.
La IA ya es indispensable en muchos laboratorios. AlphaFold, por ejemplo, uno de los proyectos insignia de Google DeepMind, ilustra perfectamente el potencial de esta tecnologÃa: «la biologÃa estructural, que estudia la arquitectura de la biologÃa a nivel microscópico, necesita años de trabajo para describir una proteÃna», ha explicado Carlos Fernández Tornero, del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB-CSIC).
«En 70 años, los investigadores de esta disciplina consiguieron desvelar la estructura tridimensional de unas 200.000 proteÃnas» pero solo la primera versión de AlphaFold «logró predecir la estructura de 200 millones de proteÃnas», casi todas las que existen, ha recordado Fernández-Tornero.
Poco después, Google facilitó a la ciencia la base de datos de AlphaFold y hoy es una herramienta que ha ayudado a acelerar las investigaciones y «reducir meses o años de trabajo a unos pocos dÃas o minutos».
Además, actualmente este programa de predicción de estructuras se ha ampliado a otras biomoléculas como el ADN o el ARN, «y eso ha sido un catalizador para la investigación cientÃfica», ha destacado este investigador del CIB cuyo grupo trabaja en el desarrollo de fármacos contra el tripanosoma, el parásito que causa la enfermedad del sueño.
Sin embargo, para desarrollar AlphaFold, fue necesaria la información y los datos del trabajo previo que miles de investigadores habÃan llevado a cabo durante décadas, un trabajo fiable y seguro para el entrenamiento de AlphaFold que hoy usan miles de cientÃficos en todo el mundo.
«El futuro está en la colaboración entre los cientÃficos y la IA que necesita datos fiables y nosotros una interpretación sólida», ha resumido el investigador del CIB, entre los dos será posible «conseguir grandes resultados en la lucha contra el cáncer o la búsqueda de nuevos antibióticos, entre otros muchos campos».
‘Co-Scientist‘ es otra herramienta de Google esencial para los cientÃficos, un colaborador virtual que les ayuda a generar nuevas hipótesis y está «muy por encima de otros como Open IA o Gemini», ha asegurado el investigador del Imperial College (Reino Unido) Tiago DÃas da Costa.
La herramienta sugiere hipótesis y propone enfoques y eso ayuda a los investigadores a ganar muchÃsimo tiempo, aunque después «hay que validar esas hipótesis en los laboratorios», por eso «la IA no acabará jamás con el trabajo humano» pero puede acelerar el resultado final «varios años», ha subrayado.
Pero la IA también es importante para la medicina, desde un punto de vista práctico, como ha explicado Sara Toledado, cofundadora de Sycai Medical, una empresa basada en un software que ayuda a los radiólogos de los hospitales a realizar diagnósticos de cáncer en la zona abdominal.
El programa analiza los TACS abdominales disponibles y busca lesiones cancerosas y su caracterización y los compara para presentar una posible evolución de un paciente, asà puede descubrir lesiones precancerosas que un médico no puede percibir y que con el tiempo darán lugar a un cáncer de hÃgado, riñón o páncreas, «tres órganos en los que el cáncer suele ser asintómatico y en los que el diagnóstico suele llegar muy tarde, cuando el tumor está muy avanzado», ha explicado Toledano.
«La salud es una situación perfecta para la IA, porque hay muchos datos que no se utilizan o revisan por falta de tiempo o de personal y con unos patrones perfectamente identificables que la IA puede aprender» y que pueden ser de gran ayuda para el médico. «Con este sistema, uno de cada cinco muertos por cáncer de hÃgado, riñón o páncreas se podÃa haber evitado», ha dicho Toledado.
Para Susan Thomas, médica y directora de Google Health, «la medicina está en constante evolución. Antes no tenÃamos ecografÃas y palpábamos al paciente, y la IA es el siguiente paso, solo hay que aprovecharlo pero el enfermo siempre necesitará al profesional humano, siempre».