La inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana y no deja de sorprender e inquietar. Revista Medicina se ha ocupado recientemente del tema1,2. Uno de sus máximos exponentes de esta herramienta es el ChatGPT3 merecedora de nutridos espacios publicitarios y que podrÃa hacerle pasar un mal rato a Google y sorprender a sus usuarios con respuestas a preguntas existenciales como ¿Cuál es el sentido de la vida?, y mucho más4.
No es posible soslayar el impacto de la estrategia promocional de esta herramienta, y que no pocos artÃculos periodÃsticos de difusión general que abordan la IA la ilustran con imágenes de robots. Esta antropomorfización de la IA enlaza erróneamente con la idea según la cual la IA tiene el potencial de actuar como un agente en el mundo real. Pero mantengamos la calma, el fin del mundo está aún muy lejano.
¿Qué es el ChatGPT? |
El ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer 3), reconocido mundialmente como GPT3, es un modelo de aprendizaje utilizado para generar textos similares a los escritos por humanos5. A poco de su lanzamiento, en noviembre de 2022, ChatGPT se convirtió en una sensación cultural. Se trata de una tecnologÃa conversacional de libre acceso (hasta un determinado nivel)) a través de un portal web creado por la empresa OpenAI, fundada en 2015 en EEUU por Sam Altman, en la que participó Elon Musk. Microsoft acaba de comprar el 49 % de las acciones de ChatGPT por los cual no nos deberÃa extrañar que la empresa incorpore un nuevo icono a las herramientas de oficina ya conocidas.
Se trata de un programa que crea un texto automáticamente en función de las indicaciones ingresadas. Está pre-entrenado en un gran conjunto de datos, por lo que puede comprender y generar textos sobre una amplia gama de temas con alta precisión y una naturalidad similar a la escritura humana, en unos 100 idiomas. Además de ser utilizado como un portal de juegos, existen inquietantes implicaciones para el ámbito académico y cientÃfico.
¿Qué puede hacer el ChatGPT? |
Desde su lanzamiento ha sorprendido a millones de usuarios al recitar poemas, cuentos, ensayos y consejos personales. Es capaz de crear una partitura musical e incluso un ensayo académico comparando dos teorÃas5. El programa también puede producir resúmenes cientÃficos que pueden tener la calidad similar a la de un humano y podrÃa engañar a revisores. La herramienta ChatGPT ya figura como coautor en un puñado de artÃculos6. Desde su lanzamiento, se ha hecho evidente que este tipo de tecnologÃa de IA podrá tener influencias en la forma en que trabajan las universidades y los investigadores. Estos son algunos de los motivos del presente Editorial.
​Defensores y crÃticos del ChatGPT. |
El ChatGPT ha recibido crÃticas positivas y negativas5. Estas últimas llegaron del ámbito de la educación y de la ciencia: por ejemplo, en la Universidad de Estrasburgo, Francia, descubrieron que 20 estudiantes realizaron un examen a distancia usando ChatGPT como asistente, y deberán hacer el examen de manera presencial7. El Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York ha restringido el acceso a ChatGPT desde Internet y los dispositivos en sus escuelas públicas de manera similar, la universidad Sciences Po de Paris prohibió a sus alumnos emplear su uso, en especial sin reconocimiento de que se recurrió a esa tecnologÃa y ocho universidades australianas han reconocido que su uso por los estudiantes podrÃa considerarse como copiar8.
En el ámbito de la ciencia las posiciones sobre ChatGPT están más divididas. Algunos editores han prohibido o restringido su utilización en la preparación de envÃos, mientras que otros ven su adopción como algo inevitable. El editor en jefe de la revista estadounidense Science, actualizó su polÃtica editorial prohibiendo el uso de textos de ChatGPT y aclarando que el programa no podÃa figurar como autor6.
Springer-Nature que publica entre otras Scientific American y Nature no lo ha prohibido por completo, pero esta herramienta y similares por ahora pueden ser usadas en la preparación de documentos, siempre que se revelen todos los detalles en el manuscrito. Elsevier, que tiene en su portfolio a Cell y The Lancet, ha adoptado una postura similar.
La editora en jefe de Nature en Londres cree, por otra parte, que con las medidas de seguridad adecuadas, ChatGPT y herramientas de IA similares podrÃan ser beneficiosas para la ciencia, sobre todo para nivelar el campo de juego para los hablantes no nativos de inglés que podrÃan usar programas de IA para hacer que el idioma en sus trabajos sea más fluido.
Otra forma de ver ChatGPT es considerarlo como una herramienta más, dentro del conjunto de herramientas en constante crecimiento disponible para escribir un artÃculo. Uno podrÃa, por ejemplo, implementarlo como un motor de búsqueda que responda preguntas directamente en lugar de solo referirse a fuentes donde uno mismo debe buscar las respuestas9.
​El ChatGPT, co-autor de artÃculos cientÃficos. |
Las principales revistas cientÃficas exigen que los autores firmen un formulario en el que declaran que son responsables de su contribución al trabajo. ChatGPT no puede hacer esto9, sin embargo, es uno de los 12 autores en una preimpresión sobre el uso de la herramienta para la educación médica, publicado en el repositorio médico medRxiv10.
Una de las pautas editoriales es que un coautor debe hacer una “contribución académica significativa” al artÃculo, lo que podrÃa ser posible con herramientas como ChatGPT. Pero también debe tener la capacidad de aceptar ser coautor y asumir la responsabilidad de un estudio o, al menos, la parte a la que contribuyó. “Es realmente esa segunda parte en la que la idea de otorgar la coautorÃa de una herramienta de IA realmente se topa con un obstáculo”10.
​¿Es posible detectar un texto cientÃfico en el que intervino ChatGPT? |