La muerte súbita cardÃaca (MSC) se define como la muerte inesperada y abrupta causada por una afección cardiovascular, cuyos sÃntomas tuvieron inicio en la última hora. Aunque la MSC es poco común, cada muerte tiene un efecto significativo y duradero en la familia y la comunidad de la vÃctima. Los atletas con enfermedades cardÃacas preexistentes están en mayor riesgo de MSC durante el entrenamiento y la competición.(1)
La realización de evaluaciones fÃsicas previas a la participación (EFP) de los atletas es un paso importante para prevenir la MSC en individuos susceptibles, en parte porque muchas de las condiciones predisponentes de otra forma no se notarán. Para garantizar una evaluación adecuada, los profesionales de atención primaria deben estar familiarizados con las afecciones cardÃacas asociadas con la MSC.
Dado que ningún programa de detección puede eliminar el riesgo de MSC, es esencial adoptar medidas preventivas secundarias, como aumentar el acceso a la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y a desfibriladores externos automáticos (DEA), asà como establecer planes de respuesta a emergencias en las escuelas. Esta revisión proporciona una visión general de la epidemiologÃa y las causas de la MSC en atletas jóvenes, asà como su detección pre participación y prevención secundaria.
EpidemiologÃa |
La MSC tiene una incidencia estimada que oscila entre 1: 917.000 y 1: 3.000 atletas menores de 40 años en los Estados Unidos por año.(2) La mayorÃa de los casos ocurren en la escuela secundaria o universidad, a menudo durante la práctica o competencia.(3) El riesgo general es mayor en los deportistas varones, con una proporción de 9:1, y más de 3 veces mayor en atletas negros versus blancos.(3)
Aunque algunos datos sugieren que la MSC es más común en los no deportistas que en los atletas, está claro que la actividad fÃsica intensa aumenta el riesgo de MSC en individuos con enfermedad cardiovascular predisponente.(4)(5)(6) Ciertos deportes están más fuertemente asociados con la MSC, como fútbol, ​​básquet y béisbol en deportistas masculinos. Por el contrario, las atletas corren un mayor riesgo mientras participan en básquet, atletismo y fútbol.(3) Aunque la especulación atribuye el mayor riesgo de MSC en estos deportes en base a su popularidad, la intensidad del entrenamiento y las predisposiciones genéticas de los atletas, se necesitan más estudios para confirmar esta posibilidad.
Causas de muerte súbita |
En base a datos del Registro Nacional de Muerte Súbita en Deportistas de EE. UU. de 1980 a 2011, el 40% de las muertes súbitas en atletas jóvenes ocurren en ausencia de una condición cardÃaca preexistente. Aproximadamente la mitad de estas muertes se deben a traumatismos cerrados (51%), y la conmoción cardÃaca representa un porcentaje mucho menor (7%).(3)
En grandes estudios basados ​​en autopsias de atletas en los Estados Unidos, la miocardiopatÃa hipertrófica (MCH) ha sido consistentemente la causa cardiovascular confirmada más común de muerte súbita, seguida de las anomalÃas de arterias coronarias. Se destacan a continuación las causas más importantes de MSC.
> MiocardiopatÃa hipertrófica
La MCH es un trastorno genético que afecta a las proteÃnas de los sarcómeros, la unidad contráctil básica en los cardiomiocitos. Como se señaló anteriormente, es la causa más frecuentemente identificada de MSC en atletas jóvenes en los Estados Unidos, con una prevalencia estimada de 1: 500.(7)(8) Sin embargo, a partir de 2019, solo 1:1250 personas fueron diagnosticadas clÃnicamente, lo que sugiere que el 60% de los individuos afectados permanecen sin diagnosticar.(9)
Se han identificado más de 900 mutaciones en pacientes con MCH, localizadas más comúnmente en los genes que codifican la cadena pesada de β-miosina (MYH7), la proteÃna C fijadora de miosina cardÃaca (MYPBC3) y la troponina cardÃaca (TNNT2). El curso clÃnico de la enfermedad varÃa considerablemente, con algunos pacientes con presentación en la infancia y otros permaneciendo asintomáticos hasta la edad adulta. Dolor torácico y disnea de esfuerzo son sÃntomas comúnmente reportados.
El examen fÃsico puede revelar un soplo sistólico que se vuelve más intenso con una precarga reducida (ej., maniobra de Valsalva o de pie) y más silencioso con el aumento de la precarga (ej., ponerse en cuclillas) o poscarga. Una historia familiar de muerte súbita e inexplicable es otra pista importante porque la MCH suele heredarse como un rasgo autosómico dominante.(10)
El electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones es anormal en la mayorÃa de los pacientes con MCH, con hallazgos sugestivos de hipertrofia ventricular izquierda (VI) y anomalÃas de la repolarización (ej., inversión de onda T).(10) La monitorización ambulatoria del ECG también proporciona información valiosa para la estratificación del riesgo, ya que la taquicardia ventricular no sostenida es un factor de riesgo de MSC. Otros factores de riesgo de MSC en pacientes con MCH incluyen antecedentes de sÃncope o paro cardÃaco, antecedentes familiares de MSC, hipertrofia severa del VI (en adultos, el espesor máximo de la pared del VI es de 30 mm) y respuesta anormal de la presión arterial al ejercicio. (11) Sin embargo, estos factores de riesgo se extrapolan de datos de adultos, y los factores de riesgo y cálculos especÃficos para pacientes pediátricos se encuentran actualmente en proceso de investigación.
La ecocardiografÃa es la principal modalidad de diagnóstico por imágenes para la MCH. Aunque el espesor diastólico de la pared del VI de 15 mm o más sin una causa subyacente conocida es diagnóstico en adultos, una puntuación z ajustada a la superficie corporal de 2 o más sugiere MCH en niños.(10)(12) Independientemente de la edad, la hipertrofia septal asimétrica es una caracterÃstica común y distintiva de la MCH. La resonancia magnética cardÃaca (RMC), que ofrece resolución espacial y calidad de imagen mejoradas, puede ser útil en pacientes con incertidumbre diagnóstica o ventanas de imágenes ecocardiográficas deficientes. El realce tardÃo con gadolinio, un marcador de fibrosis de reemplazo que se observa en aproximadamente la mitad de los pacientes, es un marcador de riesgo de resultados adversos en la HCM.(13)
Se recomienda realizar pruebas de detección a familiares de primer grado de pacientes con MCH, que pueden tener sÃntomas a cualquier edad y por lo tanto, se le deben garantizar imágenes de vigilancia cada 1 a 3 años. Además, se pueden ofrecer pruebas genéticas con asesoramiento a personas con MCH. Si las pruebas genéticas revelan una variante patógena, se deben ofrecer pruebas genéticas en cascada a los familiares de primer grado, con vigilancia clÃnica para aquellos que portan la variante patogénica. Si no se identifica una mutación patógena en el probando, no se recomiendan las pruebas genéticas en cascada para familiares de primer grado.(10)
Las guÃas, que históricamente han recomendado la no participación en la mayorÃa de los deportes competitivos para los pacientes con HCM, son complicadas y han evolucionado recientemente. A pesar de que la MCH es la causa más común de MSC en atletas jóvenes, cada vez hay más evidencia que muestra que el ejercicio recreativo de intensidad leve a moderada es seguro y beneficioso en estos pacientes.(10)(14) A partir de 2020, las recomendaciones de clase I permiten el ejercicio moderado en la mayorÃa de los pacientes con MCH. (10) Se alienta a los atletas con HCM a someterse a una evaluación integral y a una discusión compartida de los riesgos y beneficios potenciales de la participación deportiva con un experto.(10)(15) Aunque la participación en deportes competitivos de baja intensidad es razonable en la mayorÃa de los casos, si se cumplen ciertas condiciones, también se puede considerar la participación en deportes de intensidad moderada a alta mediante la toma de decisiones compartida.(10
> AnomalÃas de la arteria coronaria
Las anomalÃas de las arterias coronarias son un grupo diverso de condiciones congénitas con una amplia gama de manifestaciones clÃnicas. Las variaciones en la anatomÃa coronaria son comunes y varÃan desde benignas y que no causan isquemia miocárdica o MSC hasta poner en peligro la vida.(16)(17) De hecho, el origen aórtico anómalo de una arteria coronaria (OAAAC) es la segunda causa más común de MSC en atletas jóvenes.(3)
El flujo sanguÃneo al miocardio se deriva de 2 principales arterias coronarias, cada una de las cuales surge de una ubicación diferente de la aorta. En la mayorÃa de las personas, la arteria coronaria derecha nace del seno aórtico derecho y suministra sangre al lado derecho del corazón, mientras que la arteria coronaria principal izquierda surge del seno aórtico izquierdo y se bifurca en las arterias descendente anterior izquierda y circunfleja, que juntas suministran sangre al lado izquierdo del corazón.
En pacientes con OAAAC, 1 de las arterias coronarias surge desde una ubicación anormal en la aorta, creando una abertura de la arteria coronaria (ostium), un ángulo de salida y un curso anormales. Si la arteria coronaria se estira, se retuerce o se comprime, el flujo sanguÃneo al miocardio puede verse alterado y provocar isquemia miocárdica, arritmias ventriculares y muerte súbita. Debido a la naturaleza silenciosa de las anomalÃas coronarias, la verdadera prevalencia de OAAAC y el riesgo absoluto de MSC se desconocen.(18) Sin embargo, los estudios sugieren que aunque la arteria coronaria izquierda anómala (ACIA) es al menos 6 veces menos común que la arteria coronaria derecha anómala (ACDA), tiene un riesgo mucho mayor de sufrir MSC. (19)
Aunque la mitad de los casos de MSC ocurren en individuos previamente asintomáticos, los pacientes pueden presentar dolor torácico, sÃncope por esfuerzo o disminución de la tolerancia al ejercicio.(18) Los resultados del examen fÃsico, el ECG y las pruebas de esfuerzo suelen ser normales. Las anomalÃas coronarias generalmente se diagnostican mediante ecocardiografÃa transtorácica y modalidades de imagen avanzadas, que también debe estar dirigidas a identificar caracterÃsticas anatómicas de alto riesgo que aumentan el riesgo de MSC. Estas caracterÃsticas anatómicas de alto riesgo incluyen ostium en forma de hendidura, ángulo de despegue agudo, trayecto intramural (dentro de la pared de la aorta) y trayecto inter-arterial (entre la aorta y el tronco pulmonar).
Se recomienda la restricción de deportes competitivos para los pacientes que tienen ACDA con caracterÃsticas de alto riesgo, sÃntomas, arritmias o evidencia de isquemia. Los atletas pueden generalmente reanudar los deportes competitivos 3 meses después de la cirugÃa reparadora si son asintomáticos y si las pruebas no revelan evidencia de isquemia. Para pacientes con ACDA sin sÃntomas o preocupaciones por arritmias o isquemia, la participación en deportes competitivos es aceptable con el asesoramiento adecuado y una discusión sobre el riesgo potencial de eventos cardÃacos. En los atletas con ACIA, generalmente se recomienda la restricción de los deportes competitivos. Al igual que con ACDA, los atletas con ACIA pueden ser autorizados para deportes competitivos 3 meses después de la cirugÃa si son asintomáticos y no tienen evidencia de isquemia.(20)
> Miocarditis
La miocarditis, la tercera causa más común de muerte súbita en atletas jóvenes, es una enfermedad inflamatoria del miocardio debido a infecciones, enfermedades sistémicas, fármacos y toxinas.(3) Las infecciones virales, particularmente debidas a enterovirus (ej., coxsackie) y adenovirus, son las causas más comunes de miocarditis en los Estados Unidos. Las manifestaciones clÃnicas varÃan ampliamente, desde casos asintomáticos hasta insuficiencia cardÃaca y arritmias potencialmente fatales.
Los sÃntomas comunes asociados con miocarditis son fatiga, dificultad para respirar, náuseas (y/o dolor abdominal) y dolor precordial.(21)(22) El diagnóstico suele sospecharse por la presencia de sÃntomas cardÃacos, nivel elevado de troponina plasmática, anomalÃas inespecÃficas en el ECG (cambios en la onda ST/T) y hallazgos ecocardiográficos, como agrandamiento de la cámara cardÃaca y/o alteración de la función sistólica o diastólica del VI. Aunque la biopsia de miocardio sigue siendo el estándar de oro, la RMC ha surgido como una prueba más sensible y menos invasiva para confirmar el diagnóstico.
Para promover la resolución de la inflamación, a los atletas a los que se les haya diagnosticado miocarditis se les debe restringir la actividad fÃsica durante 3 a 6 meses, dependiendo del grado de lesión cardÃaca e inflamación en la RMC.(15) Dado que la MSC en la miocarditis es más probable que se deba al desarrollo de taquiarritmias ventriculares resultantes de la cicatrización del miocardio, la monitorización ambulatoria del ECG y/o las pruebas de esfuerzo se utilizan además de la RMC para evaluar las arritmias antes de autorizar a los pacientes a regresar a los deportes competitivos.(23)
> MiocardiopatÃa arritmogénica
La miocardiopatÃa arritmogénica (MA), anteriormente conocida como miocardiopatÃa arritmogénica del ventrÃculo derecho, es una miocardiopatÃa hereditaria caracterizada por un reemplazo progresivo del miocardio con tejido fibroadiposo y una predisposición a arritmias ventriculares y MSC. Aunque predominan las anomalÃas estructurales del ventrÃculo derecho, la afectación del VI también es posible.(24)
La MA generalmente se hereda de forma autosómica dominante con penetrancia incompleta y expresividad variable. La mayorÃa de los casos implican mutaciones en genes que codifican proteÃnas en los desmosomas, las estructuras de membrana que regulan la adhesión intercelular y mantienen la integridad estructural de los tejidos durante el estrés mecánico. Las mutaciones en el gen de placofilina-2 (PKP2) son la causa más frecuente.(25) La MA afecta predominantemente a los hombres, mientras que las mujeres con una mutación genética asociada tienen una menor posibilidad de expresar la enfermedad y tienen más probabilidades de ser portadoras asintomáticas.(25)
La prevalencia de MA es difÃcil de estimar porque a menudo se descubre post mortem. Su asociación con la región mediterránea explica por qué es la causa más común de MSC en atletas jóvenes en Italia, correspondiendo a menos del 5% en los Estados Unidos.(24)(26)(27)
Los signos o sÃntomas clÃnicos de MA como mareos, sÃncope o palpitaciones rara vez se reconocen antes de la pubertad y su inicio suele oscilar entre los 20 y los 30 años.(27) En consecuencia, no es probable que la condición se detecte basándose en la historia clÃnica y los hallazgos del examen fÃsico, a menos que haya antecedentes familiares notables de MSC o familiares diagnosticados con MA. Aunque el ECG tiene baja sensibilidad para esta condición, puede mostrar importantes anomalÃas, incluyendo QRS ensanchado, onda épsilon y ondas T invertidas en las derivaciones precordiales derechas (V1 a V3), la última de las cuales es anormal después de los 14 años de edad.(25)(28) Aunque la ecocardiografÃa es generalmente normal, especialmente en las primeras etapas del curso de la enfermedad, no excluye el diagnóstico. Si la sospecha clÃnica es alta, se debe realizar una RMC para evaluar cambios miocárdicos compatibles con la enfermedad.
No existe cura para la MA. Cuando se hace el diagnóstico, el individuo debe ser restringido de los deportes competitivos con la posible excepción de los deportes de baja intensidad de clase 1A, que incluyen billar, bolos, cricket, golf y tiro. (15) A los pacientes que cumplen criterios especÃficos de alto riesgo generalmente se les coloca un desfibrilador cardioversor implantable (DCI).(29)
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