La obesidad es la enfermedad crónica más prevalente a nivel mundial. En las últimas décadas, la prevalencia y las complicaciones cardiovasculares han aumentado sustancialmente hasta involucrar a grupos demográficos más jóvenes.
Se ha comprobado que, a partir de 2016, hay más niños y adolescentes de 5 a 19 años con diagnóstico de sobrepeso u obesidad. La OMS define el sobrepeso en adultos cuando el Ãndice de masa corporal (IMC) es ≥25 y la definición de obesidad cuando el IMC es ≥30.
La obesidad está estrechamente asociada con diversas enfermedades no transmisibles, incluidas enfermedades cardiovasculares (ECV), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), dislipidemia, enfermedad renal, cánceres especÃficos de sitio y trastornos musculoesqueléticos. La obesidad no solo aumenta independientemente del riesgo de ECV sino que también aumenta el riesgo de múltiples factores de riesgo asociados con ECV como hipertensión, dislipidemia y diabetes.
Se han sugerido diferentes estrategias de prevención de la obesidad que reducen su prevalencia. Estos enfoques incluyen modificaciones de la dieta, medicamentos y cirugÃa bariátrica.
La eficacia de estas modalidades ha ido variando. La más efectiva es la cirugÃa bariátrica, la que reduce el peso corporal entre un 25% y un 30%. Se demostró que los agonistas del polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GLP-1) reduce el peso corporal entre un 18% y un 21% mientras que las intervenciones conductuales lo hacen entre un 5% y 10%. A pesar de que la cirugÃa bariátrica sigue siendo la estrategia más efectiva, es la modalidad más invasiva para bajar de peso y se asocia con más complicaciones. Por el contrario, la alternativa más segura y menos invasiva sigue siendo la modificación del estilo de vida y la dieta.
Entre los diferentes cambios de comportamiento, el ayuno intermitente (IF, por sus siglas en inglés) ha demostrado tener un impacto significativo en la pérdida de peso y podrÃa reducir potencialmente la carga de la obesidad. El IF se define como un ciclo voluntario de perÃodos de ayuno y alimentación. Existen varias modalidades de IF, dependiendo de los patrones de alimentación y los perÃodos de ayuno.
La modalidad más popular es la alimentación con horario restringido (AHR), en la cual los individuos ayunan durante 16 a 18 horas y comen en las 8 o 6 horas restantes, respectivamente. En cambio, el ayuno en dÃas alternos (ADA) es una forma de IF en la que los individuos alternan dÃas de alimentación restringida con la normal. El dÃa de ayuno, la ingesta calórica se limita al 25% de la ingesta habitual, y al dÃa siguiente se retoma a la alimentación normal.
En las últimas décadas, el IF ha surgido como una estrategia de tratamiento posible para contrarrestar y prevenir la obesidad y las ECV. Se ha demostrado que el IF mejora el perfil lipÃdico, desencadena el interruptor metabólico que resulta en pérdida de peso y, modifica la dinámica mitocondrial y oxidativa dentro de las células, en última instancia contribuyendo a la cardioprotección y la longevidad.
Ayuno intermitente y perfil lipÃdico |
El metabolismo de los lÃpidos está regulado por la interacción del hÃgado con el tejido adiposo diferentes lipoproteÃnas. El hÃgado sintetiza y secreta lipoproteÃnas como lipoproteÃna de baja densidad (LDL), lipoproteÃna de muy baja densidad (VLDL) y lipoproteÃna de alta densidad (HDL). La HDL actúa como un recolector que transporta el exceso de colesterol del cuerpo hacia el hÃgado, donde se elimina. La VLDL sirve para transportar triglicéridos (TG) a los órganos periféricos.
Cuando las VLDL llegan a los órganos diana y los TG se son captados por la lipoproteÃna lipasa, la proporción de TG en la molécula disminuye transformándola en lipoproteÃna de densidad intermedia  (IDL) y posteriormente en LDL. La LDL se compone principalmente de colesterol y es captada por las células a través de receptores especÃficos.
El tejido adiposo actúa como un regulador de la liberación y almacenamiento de ácidos grasos y alterna entre la lipólisis y la lipogénesis. Esto depende de la energÃa corporal y las demandas metabólicas. . En momentos de alta demanda metabólica, la lipólisis da como resultado la liberación de ácidos grasos a la circulación. Entonces, al transformarse en cuerpos cetónicos, estos ácidos grasos actúan como una fuente de energÃa, un proceso conocido como ß-oxidación. Luego, estos cuerpos cetónicos alimentan el ciclo de Krebs generando energÃa en forma de ATP. En tiempos de suficiencia metabólica, los ácidos grasos se utiliza para sintetizar TG y mejorar el almacenamiento en el tejido adiposo.
La patogénesis de la aterosclerosis, una de las EVC más prevalentes está ligada al metabolismo de los lÃpidos. Aunque las LDL son captadas principalmente por las células de los órganos diana, el exceso de LDL puede depositarse en la pared endotelial de los vasos sanguÃneos e iniciar una cascada que, en última instancia, contribuye a la formación de placas ateroscleróticas. Estas placas aumentan de tamaño y se pueden romper y ocluir completamente el vaso. Esta oclusión provoca eventos cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular.
El estimador de riesgo de ECV aterosclerótico (ASCVD) integra varios factores, incluyendo parámetros lipÃdicos. Al estar implicadas en la fisiopatologÃa de la aterosclerosis e incorporadas a los modelos de evaluación de riesgo de ASCVD, las lipoproteÃnas son importantes indicadores pronósticos de la salud cardiovascular. Se ha demostrado que el IF mejora la salud cardiometabólica disminuyendo los niveles de colesterol total, LDL y TG.
El ADA disminuye los niveles de TG y LDL pero con un aumento del tamaño de las partÃculas de LDL. Un metaanálisis reciente de 35 ensayos clÃnicos evaluó el efecto del IF sobre el perfil lipÃdico.
En el análisis se incluyeron estudios con un grupo de intervención en pacientes adultos que hacÃan IF o seguÃan una dieta de restricción energética (DRE) y, un grupo control, durante al menos 2 semanas.
Los resultados mostraron que el IF disminuyó significativamente los niveles de LDL, colesterol total y TG. El IF disminuye los niveles de TG en mayor medida que la DRE. Sin embargo, ambos tienen efectos similares sobre los niveles de LDL. Por el contrario, 2 estudios de IF no hallaron cambios significativos en el nivel de LDL y TG. Sin embargo, para explicar los resultados se especuló con que estaban afectados por la falta de estandarización del momento de evaluación de los niveles lipÃdicos y la selección de los pacientes adultos metabólicamente sanos con valores de LDL basales normales.
El impacto del IF en el perfil lipÃdico de individuos con niveles iniciales de LDL normales no fue pronunciado comparado con el impacto en individuos con LDL elevada al inicio del estudio. Las LDL tienden a disminuir más notablemente en respuesta al IF en individuos con niveles iniciales de LDL más elevados.
En un estudio que evaluó los efectos del IF, 1 mes después de Ramadán (N.T: mes de celebración en la que los musulmanes hacen ayuno por motivos religiosos), los niveles de HDL aumentaron un 14,3%, lo que fue reproducido en otros estudios en los que el IF aumentó los niveles de HDL de 1 a 14 mg/dl. Por el contrario, otro metaanálisis no halló cambios significativos en los niveles de HDL en respuesta al IF. A pesar de la controversia, el IF puede mejorar la salud cardiometabólica al promover los niveles de HDL circulantes.
Mecanismo de acción del ayuno intermitente sobre el perfil lipÃdico |
El IF confiere alteraciones en los niveles de lipoproteÃnas circulantes e impacta en el perfil lipÃdico a través de varios mecanismos. Disminuyen VLDL, LDL y TG implicados en la ß-oxidación. PPARα y PGC1 α son factores de transcripción que intervienen en el metabolismo de los lÃpidos y la patogénesis de la dislipidemia. PPAR α y PGC1 desempeñan papeles esenciales como reguladores del efecto cardioprotector del IF. El IF aumenta la expresión de PPAR α y PGC1 α en los hepatocitos.
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