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3 de Junio. Día de la Enfermería Cubana

El Día de la Enfermería Cubana, se celebra en nuestro país cada 3 de Junio, en honor al nacimiento de Victoria Brú Sánchez, enfermera nacida en Managua, La Habana, con una importante trayectoria laboral en hospitales de la capital, Remedios, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe y Cienfuegos, donde falleció en el ejercicio de su profesión durante la epidemia de influenza de 1918, víctima de la enfermedad, a los 42 años.

Victoria Brú Sánchez nació el 3 de junio de 1876, en Managua, en la provincia de la Habana. Desde muy joven sentía vocación por la enfermería, de ahí que asistiera y velara a familiares y amigos enfermos.1 Ingresó en la escuela de enfermeras del hospital “Número Uno” en el año 1903 y se graduó en 1906. Obtuvo plaza en el hospital de Remedios y en 1907 se trasladó para el hospital “Número Uno”, hoy “General Calixto García Íñiguez”, en Ciudad de La Habana, Cuba.

El 27 de febrero de 1906, al terminar la II intervención norteamericana en el país y asumir el Dr. Matías Duque la secretaría de Sanidad y Beneficencia, nombra a un grupo de las jóvenes enfermeras cubanas para asumir los cargos de responsabilidad que, hasta entonces, venían desempeñando las enfermeras norteamericanas. Entre ellas está Victoria, ascendida a Superintendente de la Escuela de Enfermeras del hospital de Santiago de Cuba. Con ese mismo cargo es después trasladada al hospital de Puerto Príncipe, hoy Camagüey y el propio año, al hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra).

El 21 de enero de 1910 es nombrada Superintendente del hospital “Número Uno” y de su Escuela de Enfermeras, donde labora durante 4 años. El 14 de marzo de 1914 es trasladada al hospital de Cienfuegos, con igual responsabilidad. Se encontraba desempeñando estas funciones cuando, en 1981, se declaró una terrible epidemia de influenza.

Cuando esta enfermedad comenzó a hacer grandes estragos entre la población, Victoria estaba de licencia por problemas de salud, pero hasta su retiro llegaban las noticias de las víctimas que hacía la terrible epidemia. El hospital estaba lleno de enfermos, el trabajo era excesivo. En los barrios pobres de la ciudad la enfermedad hacía más víctimas y eran más graves sus efectos. Victoria Brú se reincorporó de inmediato al trabajo y, acompañando a sus alumnas, iba de casa en casa ordenando medidas higiénicas, aislando a los enfermos, aseando a los niños, dando esperanzas de aliento a los moribundos.

Fue víctima de la propia epidemia que la recluyó en cama durante varios días. Sin restablecerse aún y observando que el mal se recrudecía y que la población veía diezmados a sus integrantes, se levantó de su lecho de convaleciente y reanudó sus labores de atención a sus enfermos. Su organismo, aún muy débil, fue presa nuevamente de la enfermedad que la llevó a la muerte el 7 de diciembre de ese año 1918. Se convirtió así en mártir de la humanitaria profesión que había elegido, siguiendo su firme vocación.

La ciudad entera de Cienfuegos, que conocía sus obras de solidaridad, demostró su admiración y respeto en su sepelio, que constituyó una verdadera muestra de duelo popular. Los periódicos de la localidad le dedicaron, con motivo de su sentida muerte, páginas enteras, y en el hospital de Cienfuegos, una sala de enfermos lleva su nombre y tiene una placa conmemorativa para perpetuar su memoria.

Años después, el 4 de abril de 1924, Hortensia Pérez, quien ocupaba a la sazón el cargo de Sub-Jefa del Negociado de Enfermeras, propuso a la Junta del Consejo, presidida por Pelegrina Sardá, entonces Presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba, lo conveniente que sería obtener autorización para celebrar el “Día de las Enfermeras” y realizar ese día una colecta a fin de dedicar sus fondos a la edificación de la proyectada Casa Hogar de la Enfermera, ideal de las enfermeras socias casi desde que se fundó la Asociación.

El Dr. Enrique Porto, en aquel tiempo Secretario de Sanidad y Beneficencia, aprobó el Proyecto y lo sometió a la consideración del Presidente de la República, quien autorizó que el día 3 de junio de 1924 se celebrara el “Día de la Enfermera”, en homenaje a la profesora de enfermería Victoria Brú Sánchez, fallecida en cumplimiento de su deber.

El 3 de junio de 1957, por la Orden No. 9 de 23 de abril del Ministerio de Comunicaciones se puso en circulación la emisión conmemorativa de un sello postal, de 4 ctvs, con su efigie, con los colores blanco y azul, con una tirada de 2 millones de ejemplares.

A partir de esa fecha y hasta los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, se conmemoró este día por todas las enfermeras y enfermeros del país.

En 1972, al constituirse el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Salud, se acordó dedicar un solo día para homenajear a todos los trabajadores del sector y se seleccionó el día 3 de diciembre, día del natalicio del sabio cubano, Carlos Juan Finlay de Barrés,según el testimonio de la Lic. Ma. del Carmen Amaro Cano en el período en que fuera Secretaria de Organización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, La Habana,1972-1976.

Por otra parte, ya desde 1945, al fundarse la Organización Mundial de la Salud, se había tomado el acuerdo de conmemorar el 12 de mayo, natalicio de Florence Nightingale, como el Día de los Hospitales, en reconocimiento a la labor desplegada en la Guerra de Crimea, donde se desempeñara como la primera gran administradora de hospitales. A inicios de la década de los años 70, en el mundo entero, por iniciativa del Consejo Internacional de Enfermeras, se comenzó a conmemorar ese día como Día Internacional de la Enfermera, para recordar a Florence en su condición de fundadora de la enfermería profesional. A fines de los años 80, Cuba también se sumaba al concierto de naciones que conmemoran este día.

Este merecido homenaje a la distinguida inglesa, al que desde fecha muy temprana se sumaran las enfermeras cubanas, no impidió de ningún modo, que se recuerde también la obra generosa de una hija de la patria de Martí, a quien, en la hora de su muerte y aun muchos años después, rindieran tributo no sólo las enfermeras, sino los médicos y pueblo cienfuegueros, a los cuales se sumó la nación entera con la emisión del sello postal a su memoria.

En el año 2001, al conmemorarse el 125 aniversario del natalicio de Victoria Brú, un pequeño grupo de profesionales de la salud cubanos, reunidos en la III Jornada Científica sobre Historia de la Medicina, convocada por el Colectivo Docente de Historia de la Medicina del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y celebrada en la Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Salvador Allende”, le rindieron tributo de admiración y respeto, 83 años después de su muerte. Victoria Brú Sánchez no sólo supo amar los cuidados que prodigaba, sino que amó a quienes los recibían, tanto, que entregó generosamente su propia vida para salvar la de ellos. El Colectivo Docente se realizó en La Habana el 3 de junio del 2001.

Reseña biográfica de Victoria Brú Sánchez

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Elaine Duperet
Lic. en Gestión de Información en Salud. Especialista Principal del Área de Gestión. CPICM-SC

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